"Proporcionando una mejor predicción del riesgo a este grupo, podemos adaptar el tratamiento clínico de una mujer a su nivel de riesgo individual", ha dicho Lynn Hartmann, oncólogo de la Clínica Mayo (Estados Unidos). "Necesitamos hacer más para esta población de mujeres que están ante un alto riesgo, por ejemplo proporcionando la opción de resonancias magnéticas además de las mamografías y promoviendo terapias antiestrógenos que podrían reducir el riesgo de desarrollar cáncer", ha añadido.
La Clínica Mayo realizó un estudio en 698 mujeres con hiperplasia atípica que fueron sometidas a una biopsia entre los años 1967 y 2001. Los investigadores identificaron que, tras un seguimiento aproximado de 12 años y medio, 143 mujeres desarrollaron la enfermedad. Asimismo, los datos obtenidos por este estudio, unidos a los de investigadores de la Universidad Vanderbilt (Estados Unidos) mostraron que, tras 25 años, entre el 25 y el 30 por ciento de estas mujeres habían desarrollado un cáncer de mama.
Los investigadores también descubrieron que cuando la atipia está más extendida en una biopsia, medido en la cantidad de focos o lesiones, más aumenta el riesgo de padecer el cáncer. Tras 25 años, el 47 por ciento de las mujeres tres o más focos de atipia en la biopsia habían desarrollado cáncer de mama mientras que entre aquellas con una única lesión apenas el 24 por ciento desarrolló la enfermedad.
Basándose en estos resultados, el equipo de investigadores recomienda que sea reconocido el riesgo
de sufrir un cáncer de mama a las mujeres con hiperplasia atípica y que, por tanto, sean candidatas a una prueba de resonancia magnética. Además, recuerdan que los fármacos antiestrógenos como el tamoxifen ya han sido testados clínicamente en mujeres con atipia y muestran una disminución del riesgo de cáncer de mama en un 50 por ciento o más.
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